29 de Julio de 2022

Nuestras dos maletas grandes yacían parcialmente llenas en el
suelo. Durante las últimas dos semanas, los habíamos estado
llenando lentamente con ropa y artículos de viaje para nuestro
viaje a los centros de Ananda en Italia e India. Nos iremos
durante tres meses y medio, por lo que planificar qué traer para
diferentes climas y tiempos ha sido un poco desafiante.
 Podía sentir que mi mente comenzaba a agitarse mientras
consideraba diferentes opciones sobre qué llevar, y trataba de
formar una imagen mental de todos los lugares a los que iríamos.
Movimiento, tiempo, espacio, comenzó a parecerme un poco
abrumador.
 Entonces recordé una historia sobre una mujer que viajó de
Inglaterra a la India para visitar a un gran santo allí: Ramana
Maharshi. Al conocerlo, ella dijo: He venido desde Londres para
verte.
 No te has movido en absoluto, fue su sorprendente respuesta.
El mundo que te rodea se ha movido, pero tu propio centro
nunca ha cambiado.
 Él le estaba diciendo que en el nivel más profundo nuestra
conciencia no se mueve y no se ve afectada por ningún cambio
externo. Yoganandaji escribió en Autobiografía de un yogui que
la visión divina está en el centro en todas partes, la circunferencia
en ninguna parte. Cada punto del universo puede ser percibido
como el centro. Ustedes son el centro del universo, y algún día
podrán experimentar esto.
 Swami Kriyananda dijo una vez: Realmente no te mueves. El
espacio en sí mismo es una ilusión. Parece que vas de aquí a tu
casa, a la India, a Europa, pero el mundo realmente se está
moviendo a tu alrededor, en lo que respecta a la percepción del
mismo. Nunca te movías, pero te ponías en su periferia, así que
parecía que te estabas moviendo todo el tiempo.

Continuó diciendo: Lo mismo es cierto para el tiempo. Has
estado viviendo mucho tiempo y, sin embargo, no has estado
viviendo en el tiempo en absoluto, excepto cuando te has
persuadido a ti mismo de que es real. Es solo una ilusión en
nuestra conciencia.
 Mientras pensaba en estos vastos conceptos, mi mente
comenzó a ralentizarse. Me senté a meditar, y me di cuenta de
que pronto estaría viajando por todo el mundo, pero que llevaría
mi Ser conmigo dondequiera que fuera.
 Y sabía por experiencia pasada que los días de nuestro viaje
pasarían rápidamente. En un abrir y cerrar de ojos, lo siguiente
que experimentaría sería sentarme en nuestra pequeña sala de
meditación una vez más. Tiempo y espacio: realmente no existen
como solemos percibirlos. Podemos estar soñando, pero
nuestras almas no están atadas por ellos.
 Yoganandaji escribió: Dios hizo al hombre inmortal. El plan era
que permaneciera en la tierra como un inmortal. Debía
contemplar el drama del cambio con una conciencia inmutable e
inmortal y, después de ver la danza del cambio en el escenario
de la inmutabilidad, debía regresar al seno de la bendición

eterna.
 En silencio ofrecí una oración de gratitud por la guía constante
de nuestros grandes maestros, que iluminan nuestras vidas con
su sabiduría.
 
Ahora tengo que volver a esas maletas. . . .
 
Con alegría,
 
Nayaswami Devi