9 de Junio de 2023
Era casi el final de una larga carrera. Los espectadores del estadio se pusieron en pie cuando entraron los dos líderes, el keniano ligeramente por delante del joven holandés. Pensando erróneamente que había terminado, el keniano se detuvo a unos metros de la línea de meta. En lugar de adelantarse, el holandés se detuvo y le gritó que aún le quedaban algunos pasos. El keniano seguía confuso, así que el holandés le empujó para que cruzara la línea de meta.
Un periodista le preguntó por qué había hecho eso en vez de pasar corriendo y ganar la carrera. El joven respondió: “Pero me llevaba ventaja. Ayudarlo a ganar era lo correcto”.
“Sí”, continuó el periodista, “pero al hacerlo, perdiste la medalla de oro”.
El joven respondió simplemente: “¿Cómo iba a explicarle mi medalla a mi madre?”.
Para muchos de nosotros, Paramhansa Yogananda es nuestra madre/padre, Dios. Si estamos a punto de hacer algo cuestionable, sería sabio preguntarnos: “¿Cómo puedo explicarle esto a mi Gurú?”. Swami Kriyananda sugirió que repasáramos mentalmente los acontecimientos de cada día antes de irnos a dormir, preguntándonos: “¿Cómo me fue hoy en el campo de Kurukshetra (acción)? ¿Qué batallas gané? ¿Cuáles perdí?”.
Jesucristo dice en la Biblia: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el primer y más grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
Si practicamos este consejo, el camino espiritual pierde toda su complejidad. Se vuelve simple: Ama a Dios y amplía tu círculo de amor para incluir a todos. Los santos de todas las religiones han seguido este camino. Si hacemos lo mismo, estaremos en el buen camino para convertirnos en santos.
Empieza por hacer lo correcto. Hace unos días leímos un bello ejemplo de ello.
Xavier Jones era un estudiante de noveno grado en San Luis, a punto de graduarse de la escuela secundaria. Al no poder encontrar quien le llevara a su graduación, pidió a su hermano y a un amigo que lo acompañaran en la caminata de seis millas hasta allí. Cuando la presidenta de una universidad local oyó la historia, ofreció al joven una beca completa de cuatro años para asistir a la universidad cuando llegara el momento. Además, un jugador de fútbol profesional regaló a Jones una nueva bicicleta eléctrica de alta gama para sus futuros desplazamientos. Jones tiene anemia falciforme, él y sus seis hermanos perdieron a su madre hace unos años.
Historias como ésta nos devuelven la fe en la bondad de las personas. Los ejemplos de acciones nobles pueden hacerse virales, propagando la bondad y la alegría de persona a persona. Si nos inspiran los ejemplos mencionados, es hora de actuar de la misma manera. Cada uno de nosotros, aferrándonos al dharma (lo correcto), hagamos hoy algo que pueda inspirar a los demás. Comportémonos de tal manera que sea un placer explicar nuestras acciones a Dios y al Gurú antes de acostar nuestras cabezas para dormir esta noche.
Terminaré citando la inscripción de Yoganandaji en una primera edición de Cantos del Alma que guardamos en nuestra sala de meditación. Dice así:
“Hay un aliento que da vida a todas las tierras extrañas y a extraños. Bajo un mismo cielo vivimos vigilados por Un Padre. Con mis bendiciones, Swami Yogananda”.
En amistad divina,
Nayaswami Jyotish
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