18 de Febrero de 2022
Estamos terminando nuestro programa anual de invierno, Semana de Renovación Interior. Durante este evento tratamos de hacer nuestras clases más profundas de lo habitual y adaptarlas a buscadores de la verdad más serios. El tema de este año ha sido Desafíos y Soluciones para Nuestros Tiempos. Un enfoque central ha sido que sólo a través de cambios en la consciencia puede tener lugar una transformación permanente.
Comenzamos la semana analizando los desafíos y las soluciones para la sociedad en general. Primero es útil evaluar la consciencia mundial en términos de nuestro nivel actual de desarrollo espiritual. De acuerdo con Sri Yukteswar, hemos pasado de la edad más baja, Kali Yuga, la edad de la forma y la materia, y actualmente estamos en Dwapara Yuga, la edad de la energía. La consciencia ahora está comenzando a avanzar, pero el nivel general de madurez de la sociedad aún es bastante bajo. Tenemos el aumento de energía que viene con Dwapara Yuga, pero aún no tenemos la madurez para manejarlo responsablemente.
En mi opinión, los tres mayores problemas que enfrentamos hoy en día son:
1) La polarización y tensión entre varias facciones políticas, religiosas y nacionales. Hasta que la gente no quiera encontrar puntos en común, no pueden surgir soluciones ni armonía.
2) Un mundo todavía impulsado por la codicia. Hay una concentración creciente de recursos financieros en un grupo muy pequeño de personas y empresas para quienes las ganancias son más importantes que el bienestar de los demás. Su sed incesante de poseer más de lo que poseen es ampliamente compartida por otros, aunque muchos de ellos estén en peor posición para lograrlo por sí mismos.
3) Las perturbaciones económicas a las que nos enfrentaremos en el futuro cercano mientras tratamos de apuntalar una economía tambaleante en un mundo en conflicto en tantos niveles diferentes.
Desafortunadamente, la paz y la armonía mundiales no se pueden lograr dada la inmadurez actual de la consciencia mundial, y tendrán que esperar la lenta rueda del tiempo. Como no podemos esperar que las soluciones vengan de afuera, debemos mirar hacia adentro. Nuestra tarea es primero cambiarnos a nosotros mismos y luego compartir nuestra consciencia elevada con todos aquellos que estén dispuestos a aceptarla.
Afortunadamente para nosotros, Dios está de nuestro lado. Cada pequeño esfuerzo que hacemos es satisfecho por Su gracia. Cuando estemos realmente listos para cambiar, Él nos llevará a la guía de un Gurú.
En este extracto de su Autobiografía, Paramhansa Yogananda describe su primer encuentro con su Gurú, Sri Yukteswar:
“‘¡Oh hijo mío, has venido a mí!’ Mi gurú pronunció las palabras una y otra vez en bengalí, con la voz trémula de alegría. ¡Cuántos años te he esperado!
“Sus ojos tenían una ternura insondable. ‘Te doy mi amor incondicional. ¿Me darás el mismo amor incondicional?
“‘Te amaré eternamente, Gurudeva’”.
Luego, cuando Sri Yukteswar sugirió que Yogananda regresara con su familia en Calcuta, Yogananda se resistió. Ante esto, Sri Yukteswar dijo: “La próxima vez que nos encontremos, tendrás que volver a despertar mi interés: no te aceptaré fácilmente como discípulo. Debe haber una entrega completa por medio de la obediencia a mi entrenamiento estricto”.
Curiosamente, cuando Swami Kriyananda conoció a Yogananda y le pidió convertirse en su discípulo, tuvo lugar un intercambio similar. Swamiji escribió: “Mirándome con profundo amor, dijo: ‘Te doy mi amor incondicional. ¿Me darás tu amor incondicional?’” Cuando Swami respondió “¡Sí!” Yogananda continuó: “¿Y también me darás tu obediencia incondicional?”
Este, entonces, es el patrón que nosotros también debemos seguir eventualmente. Después de una profunda búsqueda de soluciones, nuestros corazones y mentes estarán listos para la transformación interior. A medida que Dios nos guía de regreso a Él, nos pedirá dos cosas: amor incondicional y obediencia incondicional. Aunque nuestros egos se resistan, debemos llegar al punto en que los ofrezcamos por nuestra propia voluntad. Es entonces cuando la verdadera transformación interior puede comenzar a tener lugar.
Esta mañana en meditación le repetí una y otra vez a Yogananda, “Te doy mi amor incondicional y obediencia. Por favor, guíame a Dios, a mi verdadero Ser.”
Al hacerlo, me invadió un profundo sentimiento de gratitud y alegría, y el deseo de servir como canal del amor incondicional de Dios para todos.
En la luz,
Nayaswami Jyotish
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