3 de Febrero de 2023

A menudo nos preguntan: "¿Cómo puedo mantener la paz y la alegría que siento en la meditación durante las exigencias y distracciones de la actividad diaria?" Esta es, de hecho, una de las pruebas siempre presentes de la vida. Otra forma de formular esta pregunta es: ¿Cómo puedo mantener mi energía fluyendo en una dirección positiva, en sintonía con mis aspiraciones más altas, para que el mundo no me derribe?

Aquí hay algunas soluciones a este gran desafío:

Durante la actividad

Ya que debemos actuar, hagamos nuestro mejor esfuerzo para actuar correctamente. ¿Qué constituye una acción apropiada? Podemos aprender mucho del ejemplo de grandes maestros como Patanjali, Jesús y Buda. De hecho, la esencia de toda enseñanza espiritual es que debemos actuar en sintonía con Dios o Sus santos.

Si no está seguro acerca de un curso de acción contemplado, simplemente pregunte: ¿Esto me acercará a Dios o me alejará de Él (o Ella)? El mero hecho de hacer esa pregunta es la mitad de la batalla. Si tan sólo pedimos, a menudo sentiremos una guía interna.

Aquí hay algunas sugerencias para cuando estamos muy ocupados.

Ora a Dios durante el día: antes de las comidas, antes del trabajo, antes de relacionarte con los demás. Solo toma un momento y mantendrá el centro de atención de tu mente dirigido hacia tu Yo superior.

Controla lo que puedas: asegúrate de que la música que escuchas sea edificante. El dueño de un mercado estaba plagado de personajes rudos que merodeaban por su estacionamiento. Su solución fue brillante. Tocaba música clásica a través de altavoces; no pudieron soportar las vibraciones edificantes y se fueron.

Lo mismo ocurre con los rudos personajes que habitan los rincones más oscuros de nuestra mente. Aléjalos con buenas vibraciones. Mantén tu entorno limpio y los colores puros. Con las películas que miras o los libros que lees, imagina que Dios está sentado a tu lado, porque lo está. Elige sabiamente a tus compañeros; la buena compañía es vital.

Usa la respiración para calmar la mente. Antes o durante situaciones tensas, manten una postura erguida y respira profunda y lentamente. Centrará tu mente y te dará espacio para actuar en lugar de reaccionar.

Durante los momentos de inactividad

Tenemos muchos momentos durante el día en los que no estamos ocupados: entre tareas, esperando en la fila, viajando en un automóvil. Estos son momentos preciosos. El objetivo en estos momentos es practicar la presencia de Dios, conversando con Él como lo harías con un amigo cercano.

Algunas sugerencias específicas:

Canta interiormente o repite un mantra.

Observa la respiración, incluso puedes practicar Hong-So.

Ora por los que te rodean, o dales una sonrisa y un poco de energía positiva.

Recuerda que todos y todo lo que estás viendo es solo Dios. Mientras miras a tu alrededor,
repítete a tí mismo: “Solo te veo a Ti, Señor”.

Quizás lo más importante de todo, recuerda relajarte y disfrutar el día. La vida es un camino largo y sinuoso, y si no disfrutamos el viaje, terminaremos amargados y sombríos.

Cuando puedes retirarte

Finalmente, hay momentos durante el día en que podemos estar completamente quietos. El objetivo durante estos tiempos es retraer la fuerza vital, llevándola hacia adentro y hacia arriba. Recientemente leímos esta práctica muy poderosa recomendada por Yogananda: “El gran trabajo ahora ante ti es practicar subiendo y bajando la columna, cantando Aum en cada centro. De esa manera ganarás más que leyendo todos los libros: practica subiendo y bajando por la columna y familiarízate con esas corrientes”.

A menudo, durante el día no puedes controlar lo que sucede a tu alrededor, pero siempre puedes controlarte a ti mismo. No es difícil practicar cualquiera de estas sugerencias. El gran desafío es recordar hacerlo durante un día ajetreado. Si lo olvidas, no te desesperes.
Parafraseando a Krishna en el Bhagavad Gita, “Incluso una pequeña práctica del recuerdo de lo
Divino nos salvará de terribles temores y sufrimientos colosales”.

A la luz de Dios,

Nayaswami Jyotish