21 de Abril de 2023
Hace unas semanas, Jyotish y yo dirigimos la Ceremonia de Ascensión Astral de una querida amiga, Judy Fox, quien falleció recientemente. Judy era parte de un pequeño equipo, al igual que nosotros, que Swami Kriyananda envió a Italia a principios de la década de 1980 para ayudar a iniciar el trabajo de Ananda allí.
Aterrizamos en el norte de Italia, cerca del lago de Como, en una hermosa villa de verano que pertenecía a un amigo y compañero discípulo. ¿Suena idílico? Quizás, pero con el paso de los meses y el descenso de las temperaturas, vivir en una casa de verano con poca calefacción durante el invierno más frío de Europa en cien años fue un reto enorme para todos nosotros.
Además, vivir en una cultura diferente a la que estábamos acostumbrados, conocer muy pocas personas a las que acudir y no tener nuestras comodidades habituales reforzaba el sentimiento de que éramos “stranieri”, extranjeros. Con el paso del tiempo, nos sentimos cada vez más como “forasteros en tierra extraña” (Éxodo 2:22).
Sin embargo, Swamiji nos conocía bien a todos y sintió que teníamos la fuerza y el compromiso no sólo para sobrevivir a los desafíos, sino también para crecer espiritualmente en el proceso. Y así resultó. Pronto nos dimos cuenta de que teníamos una de dos opciones: 1) dejar caer nuestra energía y hundirnos en la soledad y la depresión; o 2) elevar nuestro nivel de energía y profundizar nuestra fe en la presencia de Dios que nos guía.
Juntos, nuestro pequeño equipo eligió conscientemente la segunda opción: mantener nuestros espíritus elevados y buscar formas de compartir las grandes enseñanzas del Maestro con los buscadores en Europa. Desde estos humildes comienzos, Ananda ahora tiene una
próspera comunidad internacional fuera de Asís, Italia, así como centros que se extienden por toda Europa.
Nuestra amiga Judy, que estuvo allí ese primer invierno, tenía una naturaleza especialmente alegre y entusiasta, y nos ayudó a todos a mantener una actitud positiva. En su Ceremonia de Ascensión Astral, su pareja durante veintisiete años, Ric, compartió con nosotros una hermosa historia sobre ella.
Judy lo conoció poco después de regresar a California desde Italia y le contó sobre el camino del Maestro y Ananda. Luego (después de conocer a Ric por sólo diez días) ella le dijo que debería visitar Asís, porque: “Cuanto más lejos estés de casa, más cerca estarás de Dios”.
Con esas simples palabras, Judy capturó toda nuestra experiencia de ese difícil primer invierno. Sin nada familiar de donde sacar, tuvimos que sintonizarnos con otra forma de consuelo y sentido de “hogar”: la presencia de Dios.
Este mundo, que alterna entre parecer acogedor y familiar y parecer extraño y sin amor, nunca puede ser realmente nuestro hogar. ¿Por qué? Porque en el nivel más profundo, es sólo una ilusión transitoria. Somos forasteros en tierra extraña. El verdadero hogar de nuestra alma sólo se puede encontrar reuniéndonos con Dios, de quien brotamos hace muchas vidas.
Así que recuerda, cuando estés pasando por un momento difícil fuera de tu zona de confort y el mundo parezca hostil y poco acogedor, piensa en el mantra de Judy: “Cuanto más lejos estés de casa, más cerca estarás de Dios”.
¿Y en esos otros momentos en los que la vida va a tu favor? Recuerda el mantra de Judy con la misma fuerza entonces. ¿Descansarás cómodamente en todo lo que te es familiar? ¿Quieres, en las palabras inmortales de Yogananda, “disfrutar del calor familiar”? ¿O aceptarás la autoexpansión y aguas aún desconocidas? Esta elección está siempre ante nosotros.
Cerraré con estas estrofas de la hermosa canción de Swamiji, “God’s Call Within” (La llamamda de Dios dentro), que captura la esencia de la búsqueda de nuestra alma:
¡Escucha! ¡Escucha!
susurrando dentro de tu alma:
Toques de risa, toques de alegría;
Dulces canciones de tristeza, de anhelo insaciable
por la luz,
Por Mi amor, tu verdadero hogar.
Amigo, ¿cuánto tiempo vas a deambular?
Amigo, mientras busques tu hogar
En una tierra donde todos son extraños,
El amor cierra su puerta.
Gira, gira, gira dentro:
En el silencio del alma, en la cueva del amor
Encuentra Mi morada.
¡Escucha! ¡Escucha!
susurrando dentro de tu alma:
Toques de risa, toques de alegría;
Dulces canciones de tristeza, de anhelo insaciable
por la luz,
Por Mi amor, tu verdadero hogar.
Tu compañera de viaje,
Nayaswami Devi
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