4 de Noviembre de 2022

La mujer sollozaba desconsoladamente mientras apretaba el cuerpo de su hijo muerto contra su pecho. Un vecino compasivo, al verla tan abrumada por el dolor, dijo: “Ha venido un santo a visitar nuestro pueblo. Tal vez él pueda hacer un milagro y devolverle la vida a su hijo”.

Recogiendo el cuerpo de su hijo en sus brazos, la mujer corrió a los pies de Buda, ya que era a él a quien se refería el vecino. “Señor”, sollozó, sosteniendo la pequeña forma sin vida, “¿puede devolverle la vida a mi hijo?”

Con un corazón lleno de compasión y sabiduría, Buda respondió: “Hija mía, primero tráeme una semilla de mostaza de un hogar que no haya conocido la muerte ni el sufrimiento”.

Desesperada, fue de casa en casa, pero, por desgracia, en cada una escuchó una historia similar: “Hemos perdido a nuestro amado padre”. “Nuestro querido hijo falleció el mes pasado”. “Desde que murió nuestra madre que nos cuidó, no hay nadie que nos cuide”. Recorrió una y otra vez el pueblo, incluso las cabañas en las áreas periféricas, pero en ninguna parte pudo encontrar a alguien que no hubiera conocido la muerte y la pérdida.

Finalmente, exhausta, regresó a Buda sin semilla de mostaza. Tocándole los pies, dijo: “Señor, ahora lo he entendido. La muerte y el sufrimiento nos visitan a todos”. Entonces Buda la bendijo, su pena se disipó y su corazón se consoló.

Los santos de todas las religiones enseñan que todo en la vida es transitorio. Todo el sufrimiento humano es causado por buscar la permanencia en un mundo impermanente. Sólo a través del desapego interior podemos encontrar una paz duradera.

A nivel mundial, ahora nos encontramos en un mundo lleno de sufrimiento, ya que las tensiones ambientales, sociales, financieras y políticas nos llevan hacia un futuro incierto. ¿Cómo podemos encontrar consuelo en esos momentos?

Jyotish y yo estamos ahora en Pune, India, donde el fin de semana pasado el Centro Ananda aquí organizó una feria espiritual inspiradora y poderosa de un día de duración a la que asistieron muchos cientos de personas. El discurso de apertura que nos pidieron que diéramos se titulaba “Permanecer Inquebrantable: Como afrontar el cambio con valentía”. Aquí hay cuatro puntos que compartimos para ayudar a las personas a lidiar con la incertidumbre, el cambio y la pérdida.

Primero, cuando surjan las dificultades, no te preguntes con autocompasión: “¿Por qué yo?”. Pregunta más bien: “¿Qué se supone que debo aprender de esto?” Todas las experiencias de la vida, ya sea individual o socialmente, nos son dadas para expandir nuestra conciencia. Si podemos despersonalizar nuestro sufrimiento y tratar de ver el panorama general, todo se convierte en una fuente de mayor comprensión y crecimiento.

Luego, cuando atravieses desafíos, trata de encontrar maneras de estar al servicio de los demás. Tenemos un amigo devoto en la India que perdió a su hijo adolescente a causa de la leucemia; dos semanas después, su padre falleció de Covid. ¿Cuál fue su respuesta a tal dolor? Llamó a su Centro Ananda cercano y preguntó: “¿Qué puedo hacer para ayudar a los demás?” Se convirtió en parte de nuestra línea directa de atención las veinticuatro horas del día para brindar consuelo a quienes experimentan dolor y miedo durante la pandemia. A través de su servicio, encontró la aceptación de su propia pérdida.

Entonces, es de gran importancia practicar la meditación. A través de esta disciplina podemos desarrollar un desapego interior que nos permitirá capear cualquier tormenta exterior. Paz mental, conciencia de una realidad mayor que nuestro propio ego, fuerza interior: todos estos y más son los frutos de la meditación.

Finalmente, profundiza tu devoción y tu fe en Dios. El plan para este mundo tiene sus raíces en el amor de Dios por todos nosotros. Cualesquiera que sean los desafíos que se te presenten, trata de recordar que Dios, con infinito amor y paciencia, nos está brindando a cada uno de nosotros las experiencias que necesitamos para encontrar la libertad del alma.

En una carta que Paramhansa Yogananda escribió a una de sus discípulas, Kamala Silva, dice: “No importa qué territorios oscuros tengas que atravesar, mira fijamente a la Estrella Polar de Su Presencia. Él sabe que estás tratando de alcanzarlo, solo sigue intentándolo. Una vez que lo convenzas, estarás allí. El camino es largo, apresurémonos a Su lugar. Con bendiciones incesantes, Swami Yogananda”.

Como la madre afligida, no podemos encontrar un lugar en este mundo que esté libre de dolor y sufrimiento. Y entonces, “Démonos prisa a Su lugar”. Sólo allí encontraremos la verdadera paz y alegría.

En la amistad divina,

Nayaswami Devi