14 de octubre de 2022

Devi escribió recientemente sobre nuestra peregrinación a lugares sagrados en Varanasi, Calcuta y Serampore. En nuestro último día en Serampore nos dieron un regalo muy especial.

Esta ciudad está a orillas del Ganges y fue la ubicación del ashram de Sri Yukteswar, donde Paramhansa Yogananda pasó la mayor parte de los diez años entrenándose con su amado gurú. Durante ese período, Yogananda visitaba a menudo a la familia de su hermano mayor, Ananta lal Ghosh, que también residía en Serampore.

Almorzamos con miembros de la familia Ghosh. a Durlov y a su hijo Ishan, los conocimos hace muchos años con Swami Kriyananda. Al final de la comida nos retiramos a un patio privado donde nos obsequiaron con un preciado plato que pertenecía a la familia desde hacía más de cien años. Aquí hay una descripción que nos da Ishan de esta reliquia sagrada:

“El objeto que te dimos es un plato hecho de piedra. Mi padre escuchó de su abuela, es decir, la esposa de Ananta lal Ghosh, que este plato estaba allí cuando ella se casó. Eso significa que debe haber sido comprado por los padres de Guruji o por alguien más en la familia en o antes del año en que se casó Ananta lal Ghosh. Platos como este se suelen utilizar en las familias indias para ofrecer comida a los dioses. Suelen reposar en altares familiares, al igual que este plato. Sin embargo, cuando Paramhansa Yogananda se convirtió en sanyasi, no le fue posible aceptar comida en casa, ya que todos los platos de la cocina estaban de alguna manera en contacto con la carne o el pescado. Por lo tanto, se le ofreció comida en platos del altar; los platos en los que se ha ofrecido comida a los dioses; el plato que te dimos. Cuando Paramhansa Yogananda regresó a la India, comió en estos platos como siempre. Este plato lleva más de cien años en nuestra familia y te lo regalamos porque sentimos que más personas deberían tener la oportunidad de beber de sus vibraciones espirituales. Estamos muy complacidos de que los dioses nos hayan dado la oportunidad de enviar vibraciones espirituales tan valiosas a sus manos. Estamos muy complacidos de que lo hayas aceptado con tanta reverencia y alegría”.

Actualmente, el plato descansa sobre el regazo de una estatua del Maestro que se encuentra en nuestra sala de meditación en Delhi. Próximamente lo colocaremos junto con otros objetos sagrados donde los visitantes y peregrinos puedan meditar y sentir las vibraciones sagradas.

El plato también encarna una profunda lección espiritual para todos nosotros. La comida es un símbolo del regalo de la vida de la Madre Divina, y Yogananda solo comería si la comida se le hubiera ofrecido primero a Dios. Pero todo es un regalo de la Madre Divina, y la ofrenda a Dios debe aplicarse a todos los aspectos de la vida. Yogananda habló poéticamente de esta verdad en su hermoso poema “¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!”
Cuando nos levantamos por primera vez del sueño, el día que tenemos por delante debe ser ofrecido a Dios. Cuando rompemos nuestro ayuno, debemos ser conscientes de que la misma comida que comemos es una forma de la Madre Divina. Si, durante nuestras horas de trabajo, el centro de atención de nuestra mente sigue volviendo a Dios, nuestro trabajo puede transformarse en un servicio sagrado. Darle a Dios nuestras preocupaciones, nuestros recuerdos y nuestros sueños transforma lo mundano en sagrado. En última instancia, es nuestro amor sobre todo lo que debe purificarse ofreciéndolo a Dios.
Gradualmente, todo lo que “poseemos” y todo lo que pensamos que “somos” debe ser ofrecido a la luz de Dios. Él recibirá nuestras ofrendas, las purificará y luego se unirá juguetonamente a nosotros en una vida libre del apego a la ilusión del “yo” y lo “mío”.
¿No es interesante que la esencia del camino espiritual se condense mágicamente en un solo plato sagrado?

En la luz,

Nayaswami Jyotish