22 de abril de 2022

Siempre me ha gustado la belleza y la poesía de las palabras. Hay una cierta categoría que encuentro especialmente agradable: los términos para reuniones en la naturaleza. Expresiones como “una extravagancia de flamencos”, “un murmullo de urracas”, o mi favorita, “una exaltación de alondras”, todas insinúan la gloria de la creación de Dios.

Bueno, me gustaría crear uno propio ahora: una resurrección de tulipanes.

¿Por qué resurrección?

Yoganandaji describe la palabra de esta manera: “Resurrección significa cualquier cambio beneficioso que le sucede a un objeto o a un ser humano. . . . No puedes quedarte quieto espiritualmente porque debes retroceder o avanzar. ¿No es una maravillosa verdad que en esta vida no puedes permanecer inmóvil? O debes aceptar los cambios que son perjudiciales para ti o concentrarte en los que son beneficiosos”.

¿Por qué tulipanes?

Durante todo el mes de abril, Crystal Hermitage Gardens está abierto al público para disfrutar de la belleza de 17.000 gloriosos tulipanes que florecen en una amplia
variedad de colores, formas y tamaños. Si alguna vez has plantado un tulipán, sabes que los bulbos no son muy emocionantes y tienen la apariencia de una cebolla pequeña. Pero
colócalos en el suelo en octubre o noviembre, deja que las lluvias y las nieves del invierno los mantengan húmedos, y cuando llegue abril, cumplirán con creces su promesa de belleza.

Sin embargo, no son solo los tulipanes los que resucitan. Los diez mil visitantes que vienen a disfrutar de los jardines también se transforman benéficamente. Viniendo de todas partes de California, con una gran diversidad de jóvenes y viejos, de razas y orígenes étnicos, solos o en grupos, todos son “resucitados” por la belleza y la armonía que encuentran aquí.

El sueño de Swami Kriyananda era crear “jardines de clase mundial” en Crystal Hermitage, su hogar en Ananda Village. Después de visitar los campos de tulipanes en Holanda, tuvo la
inspiración de recrear su belleza aquí, en las estribaciones de Sierra Nevada. Ahora este sueño es una realidad.

Swamiji, cuyo aniversario de fallecimiento, su “Día de Moksha”, se celebro el 21 de abril, estaría encantado de ver a las miles de personas transformadas por la belleza de estos
jardines. La alegría en sus rostros y la risa en sus labios reflejan su entendimiento despierto de que detrás de todos los desafíos de la vida están la hermosura de Dios y la paz eterna.

A Swamiji le encantaba compartir la belleza con los demás y escribió en su libro Ciudades de luz: una nueva visión para el futuro: “Para atraer la luz de Dios a la tierra, se necesitan
corazones puros, devotos cuya voluntad sea vivir en la luz. Sin embargo, así como la sordidez atrae energías negativas, la armonía y la belleza externas atraen energías divinas. El hombre no puede crear el cielo en esta tierra, porque el cielo está en Dios. Pero su deber es reflejar el cielo en todo lo que hace y en todo lo que crea”.

Este trabajo de reflejar el cielo a los demás se extiende mucho más allá de los hermosos jardines. Uno de los maestros del templo de Ananda Seattle nos escribió: “Tenemos un grupo
de meditación semanal aquí, y recientemente lo llevamos de ser en línea a ser presencial en el Templo. Tres semanas seguidas, alguien nuevo se unió en persona. La primera semana, la nueva persona entró y comenzó a llorar de inmediato porque se había mantenido firme durante la pandemia, había perdido a su esposo por cáncer y ella misma había sido diagnosticada con cáncer. Al entrar al santuario del Templo mientras nos escuchaba orar, dijo que finalmente podía relajarse y sentirse segura una vez más.

“La semana siguiente, otra persona nueva comenzó a llorar después de clase, diciendo que no sabía que existía un lugar como Ananda, y su corazón se sintió tan tocado y conmovido. ¡Y la semana pasada vino alguien nuevo y no lloró en absoluto! Bueno, no tan rápido: a la mañana siguiente me despertó un correo electrónico de ella expresando su gratitud porque la
meditación la había ayudado a recuperar su paz y silencio en el ámbito de reconectarse con su corazón. Compartió que estaba llorando porque su corazón estaba tan conmovido y
agradecido. Si, nada más, hacemos llorar a la gente aquí. Digo eso en broma, por supuesto”.

Entonces, mis amigos, espero que su corazón se conmueva tanto como el mío al escuchar cómo los dones divinos de la belleza, la oración, la meditación y el silencio pueden transformar la vida de los demás. “Una resurrección de tulipanes” es una metáfora del poder de Dios para cambiar toda la vida de manera beneficiosa y llenarla con Su amor y alegría.

En la amistad divina,

Nayaswami Devi